Después de una noche llena de buena suerte y risas, la calma se rompió abruptamente. El demonio Sid, que todos creían derrotado, había regresado con una venganza. En un abrir y cerrar de ojos, secuestró a Patty, dejando a Dante y sus amigas en un estado de shock y desesperación. Sin perder tiempo, el grupo se lanzó al rescate, decididos a salvar a su amiga. Llegaron a una habitación oscura donde, en el centro, había un maniquí que se parecía inquietantemente a Patty. Antes de que pudieran reaccionar, Sid cerró la puerta de golpe y una ventisca helada llenó la habitación, separándolos y dejándolos en lugares distintos y desconocidos.