Los ojos bonitos son los que más duelen

El amor siempre parece una apuesta segura, hasta que te das cuenta de que no lo es. Se nos enseña que amar con todo el corazón es algo valiente, y tal vez lo sea. Sin embargo, pocas veces nos preparan para la posibilidad de que el amor que entregamos no sea correspondido de la misma manera. Aquí comienza la historia de alguien que lo dio todo, solo para recibir migajas a cambio.

Este no es un relato de finales felices, sino uno que refleja lo que sucede cuando se ama a alguien que no puede, o no quiere, corresponder con la misma intensidad. Es un viaje a través de los momentos más dulces, y los más amargos, de un amor que nunca fue suficiente para los dos.

Mis letras no buscan culpar ni justificar, sino simplemente mostrar el dolor que acompaña al deseo de ser amado plenamente. A veces, no importa cuánto ames a alguien, no puedes hacer que ellos te amen de la misma manera. Pero eso no significa que hayas fallado. Amar, incluso sin garantía de reciprocidad, es un acto de coraje que solo los corazones más grandes pueden soportar. Aquí, en estos versos, encontrarás ese coraje, envuelto en lágrimas y esperanza