La habitación está oscura, solo iluminada por la luz tenue de una lámpara de mesa. Damián, el mafioso, y Roos, la periodista, están en la cama, sus cuerpos entrelazados en una pasión desenfrenada. La ropa está esparcida por el suelo, y el aire está cargado de tensión y deseo.
Damián, con su cuerpo musculoso y su rostro fuerte, domina la escena, su mirada intensa y posesiva fija en Roos. Roos, con su piel pálida y su cabello rubio, parece vulnerable y atrapada, pero al mismo tiempo, su cuerpo responde con pasión a las caricias de Damián.
Escucho pasos detrás de mí y corro como nunca.
-¡Déjenme! -les grito desesperada mientras me siguen.
-Tienes que quedarte aquí, Iris. ¡Perteneces a este lugar! ¡Tú no eres una humana normal! -grita un guardia sin dejar de perseguirme...
-¡No! Yo pertenezco a mi ciudad, con mis padres... -cuando estoy por llegar a la salida veo a dos chicos.
Practicando con espadas...
-¡Sky! ¡Atrápala! -grita Rick...
Uno de los chicos desvía su mirada y nuestros ojos se conectan
Sus ojos dorados me miran fijamente...
Revolotea despreocupado su cabello rubio, pero luego...
Se da cuenta de lo que sucede y me apunta con su espada
Yo me detengo inmediatamente...