Kang Taehyun no era un gran fanático del patinaje artístico, pero esa noche estaba emocionado. Había prometido a su mejor amigo, Choi Yeonjun, que lo acompañaría a la presentación de un famoso patinador, Choi Beomgyu. Yeonjun había admirado a Beomgyu durante años, y para él, este evento era un sueño hecho realidad. Mientras se acomodaban en sus asientos, Taehyun observó a la multitud: una mezcla de entusiasmo y nerviosismo. La música comenzó a sonar y las luces se atenuaron. En ese instante, Beomgyu apareció en la pista, deslumbrante, vestido con un traje que brillaba bajo los reflectores. Taehyun sintió que su respiración se detenía; había algo hipnotizante en su presencia.