✰ El choque fue inevitable, el impacto fue suave, pero suficiente para desorientarla, Madeline sintió el impacto y dio un pequeño paso atrás, su bolso resbalando de su hombro. Alzó la mirada para disculparse, y ahí fue cuando todo se detuvo. Sus ojos, era de color azul intenso, brillando con una profundidad que parecía hipnotizarla. El tiempo, que hasta hacía un segundo corría con urgencia, se desvaneció. Ambas se quedaron inmóviles, mirándose en silencio, como si el aeropuerto alrededor hubiese dejado de existir.