.... Su diamante perfecto había sido manchado con el líquido caliente y espeso. Ya no era una gema radiante que emanaba la luz del exterior, se había teñido de rojo, rojo como un rubí, rojo que emana pasión, y desarma razonamiento. Rojo ardiente como su amor. El se dió cuenta de que no podía dejar de ver la joya que había sido un obsequio suyo, ahora mismo tintada con sangre. -Te regalaré un diamante nuevo, tan limpio y reluciente como alguna vez este lo fue.- Pero no me resultaba desagradable. -Me gusta como luce, quisiera que fuera su color real- el me vio con entendimiento, y sonrió sutilmente, solo para mí.. -Luce hermoso en ti, creo que el rubí te queda... A partir de ahora solo te obsequiare rubíes, es una promesa más...-All Rights Reserved
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