Cuando una serie de asesinatos deja tras de sí cuerpos desfigurados, yoko, una detective decidida, se adentra en una investigación desafiando sus propios límites. Las víctimas son halladas en posiciones grotescas, como marionetas sin vida, y todo indica que el asesino no solo busca matar, sino jugar con sus víctimas, con sus mentes... y con la de yoko.
Pero en este camino no todo es malo, pues su camino se cruza con la directora de un hospital de enfermedades mentales que la ayuda en su camino a la verdad que quizás no quiera descubrir
Los días no cambiaban, y cada noche soñaba el mismo sueño.
El sonido del latir de mi corazón, como un martillo contra el clavo. Y
los oigo llamando, las voces de los muertos. Quiero seguirlas, para
encontrar una salida. Pero siempre regreso a la misma puerta. Y tenía
miedo. Sabía, que si entraba allí, nunca saldría...
-CAMILA - Grita