valeria
Mis manos sudaban y mi corazón latía con fuerza mientras me deslizaba entre las mesas del pequeño restaurante de comida rápida, Burger Fast. Caminaba con nerviosismo, rogándole a Dios que el chico al que estaba a punto de besar no me empujara ni rechazara. Todo era parte de uno de los absurdos retos de Katherine. Él era increíblemente atractivo, con una misteriosa aura que lo hacía aún más irresistible, mientras disfrutaba de su café en una esquina.
Con una determinación impulsiva, me acerqué, lo saludé, y, con un toque de audacia, le pedí que se pusiera de pie. En un instante, nuestros labios se encontraron, y pensé que esa sería la última vez que lo vería.
Sin embargo, la vida tiene formas curiosas de sorprendernos. Nunca imaginé que aquel beso me llevaría a compartir mi hogar con él, y mucho menos que descubriría que era el hermano de mi padrastro. ¿Qué lo había traído a vivir bajo el mismo techo? Y, aún más desconcertante, ¿por qué llevaba un grillete electrónico en su tobillo?
Historia 100% mía todos los derechos míos
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.