Como una bestia bajo un hechizo. Aurélie, aunque tímida, siente una atracción innegable hacia él, un sentimiento que no puede ignorar, aunque su timidez la haga tartamudear cuando está cerca de él. Es como si ambos compartieran un lazo invisible, más fuerte que cualquier otra cosa, como si el destino los hubiera unido. La sangre es más espesa que el agua, pero el amor que surge entre ellos es aún más fuerte, escondido entre las delicadas espinas de una rosa que apenas empieza a desvelar su misterio.