No sé cuántos días llevo sin dormir. Las 𝘏oras se desvanecen en un susurro interminable, como si 𝘌l tiempo mismo se negara a avanzar. A veces siento que a𝘓guien me llama, pero cuando giro, solo encuentro el 𝘗aramo del vacío. Las alucinaciones van y vienen, figuras borrosas que nunca alcanzan a ser reales. Lo peor es el silencio, que parece decir lo que no puedo. Estoy atrapado en esta vigilia, buscando descanso, aunque en el fondo sé que no lo encontraré. Pero sigo contando, como si esas palabras pudieran cambiar algo, aunque nadie me escuche... o quizás no quiera que lo hagan.