Quién hubiera pensado que esa voz gruesa y estúpida podría manipularme hasta el punto de descubrir los secretos de las personas que creía ser normales. Sin hablar de que puedo sentir que me observan todo el tiempo, como si estuviera viviendo en una pesadilla constante. Este mundo es tan estúpidamente insano y corrompido para una chica como yo, tan inocente e ingenua. Pero no fue hasta aquella noche que mi vida cambió drásticamente. Su cercanía me alteró, me hizo sentir cosas que nunca había experimentado antes. Hay algo que me atrae de él, ¿su físico imponente? ¿Su forma de tratarme con una mezcla de ternura y autoridad? Mi sangre recorre mis delicadas manos cuando él me toca, y siento un escalofrío que me recorre la espalda. Él lo hizo, y sabía que esa mirada era la misma, la mirada que me hacía sentir segura y vulnerable al mismo tiempo. No temía a él, amo que me mire así. Pero ¿qué está pasando con mi mente? Falla después de su cercanía, y me dejo llevar por pensamientos confusos y emociones contradictorias. ¿¡Por qué rayos mi gato habla!? No puedo comprender el hecho de que él hable y nunca me diga su origen porque no sabe. Siento que él sabe cosas que yo no sé, siento que me vigila, me protege de algo. ¿Y si realmente estoy loca y todo son escenarios de mi imaginación? Esther quiere descubrir el porqué su gato habla y esa voz gruesa le dice qué hacer. ¿O puede hablar libremente como una persona normal? Pero también hay un intruso que tiene todas las piezas del rompecabezas, alguien que sabe más de lo que debería.