Nick Exámenes, tal vez un trago después de la universidad, luego a casa. Despertar al amanecer, un entrenamiento matutino. Todo en su vida seguía una rutina perfecta, una armonía en la que Nicholas Lancaster había vivido desde que tenía memoria. Nada fuera de lo común, nada que rompiera el equilibrio que sus padres y él habían construido. Cada día predecible, sin sobresaltos, pero también... vacío. El cumpleaños de Martha. Un regalo que elegir, una fiesta familiar a la que asistir. Todo tan estructurado, tan esperado. Y aunque su vida parecía impecable desde fuera, una parte de él ansiaba que algo-alguien-llegara y derribara ese muro de perfección que lo rodeaba. Isa Bailar. Sí, definitivamente bailar bajo las luces de la ciudad esa noche sonaba como un buen plan. Luego tal vez asistiría a las carreras clandestinas con sus amigos bohemios, siempre en busca de la próxima aventura. Quizá terminaría durmiendo en uno de esos moteles baratos y destartalados a las afueras, donde nadie la reconociera y la libertad le susurrara al oído. La vida de Isabella Harper nunca fue planeada, solo vivida. Cada día era una página en blanco, cada noche una oportunidad de algo nuevo. La universidad empezaría el próximo mes, pero ¿quién piensa en el futuro cuando el presente era tan caótico, tan divertido? Nick Sentía que algo tenía que cambiar. El brillo en sus ojos comenzaba a apagarse con cada decisión tomada por otros, con cada paso que se suponía que debía dar. La rutina ya no lo llenaba. Deseaba-no, necesitaba-algo diferente. Algo que rompiera con todo lo que conocía. Isa La próxima semana... ¿acaso importaba? Tal vez acamparía en la siguiente ciudad, o tal vez tomaría un tren sin destino. La vida era demasiado corta para planear, para encajonarse en horarios y normas. Isa solo sabía que seguiría bailando, improvisando cada paso, cada día.All Rights Reserved
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