Luna, una mujer atrapada en el oscuro abismo de la depresión y asfixiada por la desesperación económica, se encontraba en una encrucijada. La vida la había golpeado con tanta fuerza que apenas podía mantenerse en pie. Sin embargo, lejos de rendirse, Luna tomó una decisión radical: sumergirse en el peligroso mundo de los atracos. El frío filo de la necesidad la empujó hacia el delito, donde cada golpe era un juego a vida o muerte. Con cada paso, Luna descubría que no solo estaba robando para sobrevivir, sino también para escapar de la prisión emocional que la tenía cautiva