«-¿Y si un día simplemente nos dejamos de hablar? -le pregunto casi en un susurro. -Si eso llega a pasar, que lo dudo mucho.... tienes qué saber qué siempre voy a estar para tí. -me sonríe. -¿Siempre? -le pregunto cabizbaja. -Siempre. Pase lo qué pase entre nosotros, siempre voy a estar cuando me necesites. -lo abrazo» Una promesa, una mentira y un corazón roto. Uno a kilómetros del otro. Las relaciones a distancia nunca funcionan, pero.... ¿ellos acaso tuvieron una relación para qué funcionara?