Perdidos, solos, encerrados.
Ambos se sienten de esa manera, y sin embargo, frente al mundo dibujan una sonrisa prefabricada. Pretenden llevar una vida perfecta o al menos algo parecido. Y sin embargo, cuando tienen la oportunidad de hallar refugio el uno en el otro, ninguno es capaz de abrirse por completo y admitir lo obvio.