La prensa ha dicho muchas cosas sobre mí. Algunas de ellas son ciertas, pero otras son claramente fabricaciones. Se ha especulado que yo los ayudé a matar a sus padres, o que fui la verdadera mente detrás del crimen. Lo que es aún más aterrador es la acusación de que los manipule para que cometieran tal acto atroz. Esas afirmaciones son, sin lugar a dudas, mentiras-aunque, admito, hay una parte de verdad en ellas. Quiero aclarar que mi intención nunca fue inducirlos a la violencia. Creo firmemente que solo ellos podían encontrar la salvación en medio del infierno que vivían. Hice todo lo posible por ayudarlos, por ofrecerles alternativas, por abrirles los ojos a otras opciones. Sin embargo, cuando uno se encuentra atrapado en un oscuro abismo del cual no ve salida, es difícil pensar con claridad. La desesperación puede nublar el juicio y transformar incluso las mejores intenciones en acciones desesperadas. Este relato busca explorar no solo las decisiones que tomaron, sino también el contexto y las circunstancias que los llevaron a tal desenlace. Espero que al leerlo, puedan entender que, aunque estuve presente en sus vidas, no soy el monstruo que la prensa ha querido retratar.