Si Julián tenía que decir la verdad, ninguna victoria de su carrera exitosa podía revocar la derrota que sintió una década atrás: cuando su amor más profundo no se animó a elegirlo.
Joaquín no supo en qué momento su vecino reservado se convirtio en su crush, ni mucho menos se dio cuenta en que instante terminó llorando después de acostarse.