Son las 2 am, ¿Por dónde empiezo?
Hay lágrimas en mi rostro otra vez. El sonido silencioso de la soledad que quiere venir conmigo a la cama. Soy el fantasma de una chica que estuvo en la cima. Soy la cáscara de una chica a la que solía conocer bien.
Bailando lentamente en un cuarto vacío, ¿Puede la soledad tomar el lugar que dejó mi antigua yo? Me canto a mí misma una dulce canción de cuna, imaginando que es ella quien está aquí para cantarla. Entonces el recuerdo se va y deja a la soledad entrar, para llevarse mi corazón otra vez. Demasiado temerosa, me encierro en mí misma a causa del dolor de una noche más sin amor. Porque sé que la soledad se quedará conmigo, y que me abrazará hasta que me quede dormida.
Piezas rotas de una historia que apenas me permito recordar, donde una vez hubo amor y ahora sólo quedo yo, y la soledad...
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.