Diez años eran los que habían pasado sin verle, su nombre es Nick Anderson y era mi vecino. Recuerdo que de pequeña le encantaba hacerme rabiar, y la última vez que nos vimos me tiro un huevo en la cabeza, me quedé pringando y llorando durante un largo tiempo. Lo odiaba y él también me odiaba, a mí y a mis trenzas. Cuando eso pasó él tenía catorce años y yo nueve; para mi suerte, ya no tuve que soportarlo más, ni en la escuela ni en la casa de al lado, porque se fue a estudiar fuera.
Pero ahora ha vuelto siendo uno de los magnates en el mundo empresarial más importante del país, con miles de personas que dirigir y un secreto que guardar, aunque no es el único. Eso sí, aunque esté cambiado y guapísimo sigue siendo el mismo gilipollas de antes. Lo que tengo claro es que no voy a dejar que me haga la vida imposible como antes ,ni que se cruce en mi vida, aunque el destino parece que tiene otros planes para nosotros.
Mi nombre es Aria Young y aquí empieza todo.
Freen era una omega bastante rara para la personas aquellas decían que era un poco más alta para ser una omega otros que podría dar miedo si te miraba y algunas personas solo quedaban enamorada de verla aunque para Freen todo era normal pues siempre era amable y nunca se enojaba atenta con sus seres queridos era la chica perfecta como sus padres solían decir.
Becky una pequeña omega tan hermosa como la primera nevada era una chica responsable y cuidadosa con todo lo que hacía vive esperando a que aquella omega aparezca una vez más a su vida pues recuerda que alguien la salvó cuando era pequeña más no recuerda su rostro así que vive con la ilusión de que algún día aparecerá.
Pero ¿Qué pasaría si la persona que espera aparece en último año de universidad? ¿La reconocerá?