Los pingüinos y las piedras.

-¿Soy linda como un pingüino? -Le pregunto a su padre.
-Eres la niña más linda mi pequeña Minguin -El hombre acaricio el cabello de la pequeña pelinegra y sonrío cuando la sintió abrazarse a sus piernas-. ¿Sabes algo Mina-chan? los pingüinos no pueden volar, pero son buenos nadando.
-¡Como yo! -respondió emocionada-. ¿Qué más hacen los pingüinos?
-Ellos son muy leales, cuando encuentran su pareja es para toda la vida.
-¿Cómo mamá y tú? -miro a su padre con curiosidad.
-Sí, como mamá y yo. Y en un futro como tú cuando ames a alguien -Soltó una risa cuando vio a la pequeña asentir con entusiasmo-. Pero será cuando seas muy grande, por mientras seguirás siendo mi pequeña Minguin.
La vista de la pequeña volvió a las aves, vio a una picoteando una piedra y soltó una risa por el comportamiento extraño. Los pingüinos son lindos.

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Mientras experimenta su primer amor, Mina descubre que tiene más similitudes con los pingüinos de lo que pensaba.
Ella también se queda con una piedra en forma de corazón.