A veces las promesas hechas en la infancia no se olvidan, sino que se quedan suspendidas en el aire, esperando el momento adecuado para resurgir. Nikolai tenía solo ocho años cuando dejó Rusia, llevándose consigo el recuerdo de un amigo mayor que, con catorce años le enseñó más sobre la vida de lo que cualquier otra persona podría haberlo hecho Ahora, más de una década después, los ecos de ese adios lo siguen persiguiendo, como una melodía que nunca logro olvidar. Cuando el destino lo lleva a la universidad de Yokohama, Nikolai se encuentra con que los fantasmas del pasado no siempre permanecen enterrados, una serie de casualidades lo pondrá cara a cara con alguien que creía haber perdido para siempre, sin embargo el niño de sus recuerdos ha cambiado. Transformándose en un hombre enigmático y distante cuyas motivaciones son tan oscuras como sus ojos, haciendo que la tensión entre ellos crezca, Nikolai se verá obligado a enfrentarse a su propio corazón y a descubrir si las promesas de la infancia pueden soportar el paso del tiempo. Lo que comenzó como una amistad infantil podría convertirse en algo más profundo y peligroso de lo que jamás ninguno de los dos hubiese imaginado.