- "Empiezas a jugar con fuego, sin temor a las llamas, y en el centro del incendio descubres el amor. Al principio, solo son chispas, pequeños destellos que prenden algo dentro de ti. El calor se vuelve irresistible, y avanzas más cerca, como si las llamas susurraran promesas que no puedes ignorar. El mundo alrededor se consume, pero en medio del caos, sus ojos son la única constante, un refugio tan ardiente como las llamas mismas.
Te envuelven las llamas del deseo, danzan a tu alrededor, y sin darte cuenta, estás ardiendo también. El fuego no duele, no aún, porque en su abrazo, todo es sublime, eterno por un instante. Pero cada latido alimenta las llamas, y mientras la pasión crece, también lo hace el peligro. Sabes que este incendio devorará todo, que el amor en medio del fuego no deja sobrevivientes. Y aun así, sigues bailando, consumiéndote poco a poco, porque algunos amores están destinados a ser cenizas antes de ser eternos."
Donde el corredor argentino, conocido por su facilidad para chamuyar, cae ante una chica Ferrari
Donde Julieta, sin querer, cae ante el argentino chamuyero