Cuando Carlisle Cullen encontró a Nyssa al borde de la muerte, ella era solo una joven ladrona callejera, sin familia, amigos ni expectativas de futuro. Viviendo de pequeños robos y tratando de sobrevivir en las sombras, no tenía a nadie que la extrañara o que se preocupara por su destino.
Carlisle la convirtió, no sólo en un vampiro, sino en algo más: le dio un hogar, una nueva oportunidad en la vida y, sobre todo, alguien a quien llamar familia. Él se convirtió en la figura paterna que ella nunca tuvo, enseñándole a leer, escribir y controlar sus nuevos instintos. Aun así, Nyssa siempre se ha sentido atraída por un lado más oscuro de su naturaleza vampírica, algo que el impecable sentido moral de Carlisle no podía proporcionar.
En 1720, junto a Carlisle, Nyssa se unió a la guardia Volturi. Allí encontró un espacio donde su naturaleza vampírica podía expresarse sin los límites impuestos por la moral humana. Aún así, su gratitud por Carlisle nunca se desvaneció y siempre mantuvo su respeto por el hombre que le dio una nueva vida. El hombre por el que la entregaría sin pensarlo dos veces.
Siglos más tarde, al enterarse de que la familia Cullen estaba amenazada por los Volturi, Nyssa se vio obligada a decidir entre los dos clanes. Finalmente, la vampira opta por dejar la guardia Volturi para ayudar a los que siempre consideró su verdadera familia.
( historia original de @miss_szas )