Relatos con Bangtan. Miradas que hablan
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- Eres como una obra de arte -murmuró Taehyung, su voz profunda rompiendo el silencio.
Sus palabras me erizaron la piel, su intensidad aumentando la conexión que ya compartíamos. Mis dedos temblorosos continuaron desabotonando su camisa, mis manos explorando su torso desnudo, sintiendo los músculos tensarse bajo mi toque. La suavidad de su piel contrastaba con la firmeza de su cuerpo, y no pude evitar morderme el labio ante la sensación de tenerlo así, tan cerca, tan mío.
Taehyung tomó mi rostro entre sus manos, levantándolo para que nuestros ojos se encontraran de nuevo. Su mirada era una mezcla de deseo y admiración, como si estuviera a punto de descomponer cada uno de mis gestos y expresiones, analizándolos como lo haría con una pintura que lo cautivara profundamente. Lentamente, inclinó su cabeza hacia mí y sus labios rozaron los míos, no con la urgencia que había sentido antes, sino con una ternura que me dejó sin aliento.
-Quiero que me sientas -susurró contra mi boca, y su aliento cálido acariciando mis labios.
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Quinto relato de la serie "Relatos con Bangtan". En está ocasión se trata de un relato romántico-erótico con Taehyung.
Nota: Actualizaciones periódicas hasta acabar la historia.
- ¿Por qué no estás adentro disfrutando de la comida? - se me puso la piel de gallina con solo escuchar su ronca voz, era difícil estar cerca de este hombre sin perder la cabeza. Me volté lentamente hasta que nuestras miradas conectaron.
- ¿ Qué hay de tí? Tampoco estás disfrutando de la comida - sus ojos se achicaron mientras se acercaba más a mí.
- Yo pregunté primero - acercó su rostro al mío y pude sentir su aliento sobre mi boca- y espero una respuesta.
Su mirada se volvió más intensa y penetrante, pero yo no iba a ceder. Estoy comenzando a acostumbrarme a la intensidad de este hombre. Él sabe perfectamente el desastre hormonal
que causa en mí solo con acercarse y no pierde la oportunidad de molestarme con eso.
- Sé muy bien lo que haces Taehyung, y no voy a caer - se acercó aún más y comenzó a reír mientras pasaba su lengua entre sus labios, su aliento seguía en mi boca, toturándome. Acercó su boca a mi oreja y susurro con una voz más ronca de lo normal.
- ¿ Y qué es lo que hago, Nyx ? - si antes sentía vértigo por su aliento en mi boca pues ahora me estoy derritiendo, su aliento no solo fue a mi oreja sino que también viajó por todo el costado de mi cuello, haciendome estremecer.
- Provocarme