
Angie y Megan, inspiradas por el espíritu cursi, consiguen pensar en un regalo para Rayan por San Valentín: una buen plato de galletas recién hechas. Desafortunadamente, ninguna es una buena cocinera. Aunque, no puede ser tan difícil, ¿verdad? Sólo hay que seguir la receta, precalentar el horno, preparar el glaseado, añadir una taza de azúcar... o cinco. Cada una tiene una idea diferente sobre qué hace a las galletas ser perfectas. Pasado un tiempo se dieron cuenta que mordieron más de lo que podían masticar. Para su suerte, puede que la manta raya eche una aleta.Tutti i diritti riservati
1 parte