Relatos con Bangtan: Adrenalina nocturna
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Sin poder contenernos más, Jungkook me levantó en sus brazos, llevándome a su habitación. Me depositó con suavidad sobre la cama, sus ojos fijos en los míos, mientras se deshacía de sus pantalones. Lo miré, mordiéndome el labio ante la vista de su cuerpo desnudo, perfecto en todos los sentidos.
Se colocó sobre mí, su peso y su calor presionando deliciosamente contra mi piel. Nuestros cuerpos se movían al unísono, como si cada toque y cada movimiento fueran predestinados. Sus manos acariciaron mis muslos, separándolos con suavidad, preparándome para lo que vendría.
Y cuando finalmente lo sentí dentro de mí, todo pareció encajar. Jungkook comenzó a moverse con una cadencia lenta, deliberada, como si quisiera alargar el momento, disfrutar cada segundo de esta unión. Cada empuje era acompañado por un suspiro, por un gemido, mientras ambos nos perdíamos en el placer compartido.
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Septimo y último relato de la serie "Relatos con Bangtan". Donde cerramos esta serie con una historia erótica y divertida con Jungkook.
Historia para mayores de 18. Si eres menor y aún así decides leer es bajo tu responsabilidad.
Nota: Actualizaciones periódicas hasta acabar la historia.
Calor. Dolor. Sufrimiento. Llanto.
Son las únicas palabras con las que puedo describir este verano. El peor de mi vida. Incluso peor que cuando me perdí en una Isla en Grecia. No he hecho más que correr, arrastrarme por el suelo, trepar cosas e intentar soportar al sargento más amargado del inframundo. No ayuda que sea el hombre más sexy que he visto en toda mi vida, o que me odie y me quiera ver llorando cada tres segundos.
Más que reformarme, este campamento me ha enseñado a esconderme, a desear sexualmente a un superior, a escapar de él cuando me encuentra y a pelear a puños. No veo como esto era la mejor opción para mí. En mi humilde opinión, este horrible campamento me ha hecho peor que antes.
De todos modos, no me arrepiento. Y definitivamente no quiero que termine.