Desde el otro lado del pasillo, él la observaba con cautela. Sara acababa de llegar al instituto hacía unos meses, pero parecía que había estado ahí desde siempre. Ella se movía con una seguridad que solo se veía en las películas, como si conociera el lugar de memoria y supiera exactamente hacia dónde dirigirse. Él, en cambio, se encontraba atrapado en ese rincón, atrapado en su propia timidez y en su incapacidad para acercarse a ella. Sara no era como las demás chicas. Tenía algo especial que lo dejaba sin aliento y que, al mismo tiempo, le hacía sentirse más pequeño de lo que realmente era. Su risa era contagiosa, y su presencia, como una brisa fresca, transformaba todo a su alrededor. Aunque él nunca había hablado directamente con ella, la conocía bien, al menos lo que los demás contaban. Sabía de su peculiar hábito de asignar colores a los chicos que le gustaban, como si con un simple color pudiera capturar la esencia de cada uno de ellos. La primera vez que oyó sobre eso, le pareció algo ridículo, infantil incluso. Pero luego, con el tiempo, esa curiosidad se convirtió en algo más. ¿Qué significaban esos colores? ¿Por qué Sara los usaba? Y, lo más importante, ¿habría un color para él?. Esta es una historia creada por Islerz, solo lo estoy recreando para el.All Rights Reserved
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