La humanidad, antes orgullosa y llena de esperanza, ahora se acurrucaba en la oscuridad, buscando un refugio que no existía. El miedo se había apoderado de sus almas, un miedo que se extendía como una plaga, devorando la poca fe que quedaba. Ya no había escapatoria. El juicio había llegado, implacable e inexorable. No importaba si te arrepentías o no, si habías sido bueno o malo, la igualdad se imponía en un escenario de horror. Los que antes negabas, los que jurabas que no existían, ahora te miraban con ojos acusadores, esperando el momento de cobrarse su venganza. Habían pedido pruebas, y ahora las obtendrían. Un juego macabro se había puesto en marcha, un juego donde la humanidad era la pieza sacrificada en un tablero de ajedrez cósmico. El apocalipsis había comenzado, y con él llegaba el fin de un mundo que había perdido su camino.All Rights Reserved
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