Se trata de Alaia, un chica de 19 años. Ella desde chica tiene problemas en el corazón y necesita uno nuevo pero la lista de transplante ella no es la primer, la segunda o siquiera la tercera... esta muy abajo, porque como es joven puede resistir mas. Alaia cambio de hospital porque donde estaba estaba demasiado saturado. Y en este hospital, conocio a Catherine, su doctora de 40 años. Es hermosa, no muy llamativa pero hermosa. Alta, rubia, ojos azules, un fisico increible, no extravagante pero si muy elegante, seria, una sonrisa que... wow. Cuando se conocieron, Alaia no pudo evitar alagarla, lo que hizo reir a Catherine, pero ni le agradecio. Catherina era egocéntrica, sabia que era la mejor en lo que hacia, sabia lo hermosa que era. Al principio todo era estrictamente profesional, como debia ser, medico-paciente. Pero Alaia comenzo a gustar de Catherine, no lo decia, pero Catherine comenzaba a notarlo cuando se acercaba y se sonrojaba o se ponia nerviosa y eso... eso le gustaba, porque Alaia era hermosa y aunque su corazon no funcionaba bien... tambien era bueno. Catherine comenzo a involucrarse sentimentalmente con el caso, queria salvarla a toda costa y a medida que queria encontrar soluciones, se quedana hablando con ella horas y horas, pasando la noche, acompañandola cuando dormia para que no le pase nada, Catherine se dio cuenta que estaba completamente enamorada de Alaia. Cada vez que Alaia se sentia mal o tenia algun problema, Catherine tenía miedo a perderla, no queria perderla... la amaba.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.