El secreto que jamás dijo... Cuando Ohm le dijo a Fluke que su vida corría peligro y lo subió a su avión privado para sacarlo del país y ponerlo a salvo, el pánico se apoderó de él. Tres años atrás, tras una noche de pasión, se había quedado embarazado de él y, aunque le había llamado para decírselo, Ohm se había negado a hablar otra vez con él. Le había enfurecido descubrir que su padre era Daniel Natouch, el hombre que había hecho que su padre acabara en la cárcel y que había destrozado a su familia. Fluke era reacio a decirle que tenía una hija y que él era el padre, pero no podía marcharse así como así. Ohm los llevó a su castillo en Irlanda, y en aquel lugar aislado Fluke se encontró a su merced. Él insistía, implacable, en que se casaran para poder criar juntos a su hija, pero Fluke, aunque añoraba sus besos y sus caricias, se resistía a contraer matrimonio con un hombre que no lo amaba.