Tweek esperó a que cayera la noche; ese era el momento idóneo para recoger las flores que necesitaba para su poción. Tomó su capa negra, el canasto de mimbre y se encaminó hacia su maravilloso Edén. Sin embargo, lo que parecía ser una rutina más durante esa época del año se transformó en un recuerdo significativo que marcaría el resto de sus días.All Rights Reserved