Lucy Everhart nunca ha confiado en el FBI. Como detective en la agitada ciudad de Nueva York, ha visto una y otra vez cómo los agentes federales irrumpen en los casos importantes, solo para arrebatarle el control a la policía local. Lucy y su equipo siempre han hecho las cosas a su manera, y eso les ha funcionado perfectamente. Pero cuando un caso particularmente complicado comienza a dejar un rastro inquietante de víctimas, su compañera Kate Beckett toma una decisión inesperada: contactar a la Unidad de Análisis de Conducta.
La llegada de la unidad del Conducta, (o de los "federales", como la chica los llama) no solo pone a Lucy en una posición incómoda, sino que también la enfrenta a uno de sus agentes más brillantes y peculiares, el Dr. Spencer Reid. Desde el momento en que se conocen, la tensión es palpable. A los ojos de Lucy, Reid no era más que un idiota que basaba su vida en demostrar que era mejor que cualquiera que lo rodeara.
Lo que comienza como una rivalidad profesional, pronto se complica cuando, a pesar de sus diferencias, Lucy empieza a ver el lado más humano detrás de la inteligencia abrumadora de Spencer. A su vez, Spencer se siente intrigado por la pasión y el ingenio de Lucy, que desafían su forma lógica de entender el mundo.
Mientras trabajan juntos para resolver el caso que se vuelve cada vez más personal, ambos descubrirán que, a veces, las primeras impresiones no son lo que parecen, y que las mayores rivalidades pueden esconder algo mucho más profundo, una conexión que ninguno de los dos vio venir.