Izuku solo podía seguir caminando en las tierras inhóspitas de lo que antes era Japón, sabía que su búsqueda parecía infructuosa en más de un sentido, pero el arrastre de los pies y el aparente balbuceo ilegible de su acompañante solo lo motivaban a seguir adelante. No podía rendirse a pesar de encontrarse en aparente soledad al tener que alejarse de su grupo de supervivientes por su decisión ante un deseo egoísta... Pues se había embarcado en una búsqueda de una cura para la zombificación de su novio y compañero de viaje Katsuki Bakugo.