Jungkook y Taehyung han sido compañeros de banda durante años. A ojos del público, parecen ser cercanos, mostrando una química en el escenario que los fans adoran. Sin embargo, detrás de cámaras, apenas pueden tolerarse. Desde que debutaron, han tenido roces constantes: diferencias de personalidad, enfoques creativos opuestos, y pequeños malentendidos que, con el tiempo, han creado un abismo entre ellos. Lo que nadie sabe es que, a pesar de las discusiones y los roces, ambos han desarrollado una atracción subterránea que ninguno quiere admitir. El "odio" que sienten uno por el otro es, en realidad, una máscara que oculta una fuerte tensión emocional y física. Con el tiempo, esa barrera se hace más fina hasta que un enfrentamiento explosivo los lleva a descubrir lo que han estado reprimiendo por tanto tiempo.