Entre versos y ecuaciones

Un chico apasionado por la poesía caminado de la mano con un chico amante de la tegnologia ¿ podrían dos mundos diferentes conectarse ?.
Julian y Santiago pertenecían a dos mundos diferentes, mientras uno se escondía en libros para evitar su triste realidad, el otro prefería no esconderse y enfrentarse ante todo mal.
De lejos se veían tan diferentes pero en cuanto chocaron miradas en aquella biblioteca de la universidad se dieron cuenta que no eran tan diferentes, ambos compartían algo en común.
Un solo sueño los unía; encontrar el motor de su felicidad.
Julian de 22 el chico de ojos avellana y pelo largo lacio que le gustaba la poesía y justamente estaba a nada de recibirse del profesorado de literatura. El no era feliz, se sentía vació por dentro, aunque estudiaba una carrera que le gustaba mucho seguía sin sentirse feliz, se sentía muerto en vida su único anhelo es que su mundo dejara de ser tan ruidoso por un momento pero era imposible calmar aquel caos.
Santiago de 25 años, el chico con ojos color miel y su pelo corto, a el le encantaba la robótica, Santiago era de esos chicos que por muy difícil que sea la situación jamas bajaba sus brazos hasta lograr aquello que se propuso.
Santiago era un chico muy extrovertido aunque su grupo de amigos se reducía a cuatro personas, le gustaba ayudar a la gente ya sea aconsejando o dando una mano en algún proyecto. Aunque Santiago se mostraba muy alegre el ocultaba una inmensa tristeza.
Julian tenia miedo al abandono y ansiedad pos traumática las cuales nunca fueron tratadas porque el no tenia derecho a hablar de sus emociones, según sus padres era muy chico para tener tales problemas, para sus padres no era nada grave de lo que preocuparse.
" AUNQUE MI TRISTEZA PARECÍA CONSUMIRME CUANDO VI SUS OJOS SENTÍ AQUELLO QUE TODOS LLAMAN SER FELIZ. QUIERO QUEDARME VIVO UN RATO MAS GRACIAS A EL."
16-07-2024