Lluvia, una niña de 10 años, creció rodeada de paisajes vibrantes en un pequeño pueblo que parecía un refugio de paz. Desde muy joven, su pasión por el arte la llevó a sumergirse en un mundo de colores y creatividad, un escape seguro de la realidad que la envolvía. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado con la llegada de Javier, un nuevo vecino que, inicialmente, se presentó como un amigo y mentor. Su encanto y atención la cautivaron, llenando un vacío que había dejado la partida de su padre y la falta de atención de su madre.