Fue una tarde lluviosa de octubre cuando la vio, su cabellera negra competía con la eternidad de la noche, se sintió atraído hacia la fina figura de aquella mujer, con un porte de conocer el mundo, pero que al mismo tiempo admiraba; siguió a la mujer a través del resbaloso parque, no le importaba nada, tenía que conocerla, saber su nombre; pero el bashert estaba en su contra, pues al llegar a la salida, la vio subir a un taxi, para perderla de vista. Por ahora.All Rights Reserved