Quiero que seas mi rey

En un reino lejano, donde los castillos se alzan como gigantes entre los campos dorados de trigo, la vida transcurre de manera muy diferente para un príncipe y un pobre. El príncipe, de porte elegante y mirada profunda, había sido educado en las tradiciones de la nobleza, rodeado de lujos y responsabilidades. Su corazón, sin embargo, anhelaba algo más que las festividades de la corte.

Una tarde soleada, mientras paseaba por el mercado disfrazado para escapar de sus obligaciones, sus ojos se encontraron con los de un joven humilde que vendía flores silvestres. El pobre, con su cabello desordenado y una sonrisa que iluminaba su rostro, parecía un rayo de sol en medio del bullicio. En ese instante mágico, el mundo a su alrededor se desvaneció; solo existían ellos dos.

El aroma fresco de las flores llenaba el aire mientras el príncipe sentía una conexión instantánea, como si sus almas hubieran estado destinadas a encontrarse. El pobre, sorprendido pero intrigado por la intensidad del momento, sintió que su corazón latía con fuerza. A pesar de sus diferencias sociales, ambos sabían que este encuentro cambiaría sus vidas para siempre.