𝐒𝐎 𝐋𝐎𝐍 𝐆, 𝐖𝐄𝐒𝐓𝐄𝐑𝐎𝐒 (𝗔𝗘𝗚𝗢𝗡 𝗜𝗜 𝗧.)
La Princesa Daenys Velaryon había nacido en una madrugada un tanto complicada, la Princesa Rhaenyra de tan solo diecisiete días con el nombre había estado intentado alumbrarla desde aquella mañana, nueve lunas después de su boda con Laenor, muchos Lores opinaban que la Heredera de el trono de hierro y el heredero de Drifmark habían consumado sus actos mucho antes de la planeación de aquella unión por lo que toda la fortaleza roja estaba opinando sobre ese tema mientras los gritos de la Princesa Rhaenyra se escuchaban por los pasillos
Ser Laenor aguardaba afuera de los aposentos a que naciera su hijo, el heredero al trono de hierro. . . no sería suyo, hundido en sus pensamientos el joven Velaryon nisiquiera se había dado cuenta que un llanto se había escuchado dentro de los aposentos, Laenor tan solo reacciono cuando vio a Margaret Strong, una de las damas de compañía de su esposa salir con una sonrisa
──Una niña, la Princesa ha recibido a una niña── Expresó felizmente la Strong mientras miraba a el heredero quien dio un suspiro aliviado
Aunque ese no fue el final de la historia, la Princesa no sólo había alumbrado a una niña aquella madrugada, un niño llegó a sus brazos antes de el medio día, todo mundo estaba feliz, el Rey Viserys encantado con sus dos primeros nietos, La Princesa Daenys Velaryon y el Principe Baelon Velaryon, los hijos de Westeros habían nacido
Una hermosa Princesa con cabellos blancos, piel pálida y unos ojos violetas brillantes fueron el encanto de el Reino junto a un Principe de cabellos marrones, ojos violetas oscuros y una inquietante similitud con cierto guardia juramentado que ahora servía a la Reina Alicent, el heredero de macaderiva tenía de Valiryo nada más que los ojos pero eso no evito que el Rey Viserys y Lord Corlys Velaryon mimaran a sus preciosos nietos por igual
¿Que era lo peor que podía pasar? eran tan solo unos bebés
