¿Qué ocurre cuando alguien tiene el alma rota? ¿Existe una manera de sanar, o solo queda deshacerse en mil pedazos más?
Olivia Parker está perdida en el mundo tras el accidente que sufrió hace un año y medio. Ya no es esa chica que tenía luz propia, si no que su vida se ha teñido de una escala de colores grises y negros. Ella misma sabe que no está bien, pero es demasiado orgullosa para admitirlo. Quiere cambiar, volver a sentir; pero no sabe cómo.
Jace Hatman siempre ha sabido que su futuro está en el hockey sobre hielo. Desde que tenía seis años, el hielo ha sido su refugio y su propósito. Sin embargo, ¿qué ocurre cuando algo que le llenaba por completo ahora es una carga para él y es demasiado tarde como para cambiarlo?
Olivia y Jace dejaron de ser amigos desde el momento en el que ella lo apartó de su vida por completo sin ninguna razón aparente, o eso piensa él. Sabe que debería odiarla, pero no es capaz de hacerlo. Él está empeñado en quedarse junto a ella y ayudarla a curarse de sus cicatrices invisibles mientras que ella quiere mantenerlo a raya a toda costa.
¿Es posible que dos personas hechas añicos puedan recomponerse, o que, por el contrario, se destrocen mutuamente más?