Espero el momento en que ella se levante. Al fin lo hace, mientras yo la miro desde mi esquina, con deseo desde hace casi dos años. Me armo de valor y camino hacia ella, mirando sus ojos grises y admirando sus labios rojos decidiendo que hacer. lo tengo. Camino cada vez más rápido con la sola intención de darle un beso. Y se lo hubiera dado sí no la hubiera traspasado. Por que estoy muerto. Una historia con un amor e hilo rojo, del cual dependen las vidas de todos, casi tan rojo como la amenaza que éste esconde.