Esa noche, el aire estaba más pesado de lo habitual, cargado con la promesa de un visitante que Yeosang había soñado pero nunca conocido realmente. San, el lord de los demonios, se había manifestado en su habitación, rodeado de un aura de sombras que parecían entrelazarse con el espacio mismo, como si cada rincón de aquel lugar le perteneciera. Su figura, oscura y imponente, no era la de un extraño. Era alguien que había estado allí siempre, aguardando el momento preciso para reclamar lo que le pertenecía. Y así, en esa silenciosa intimidad, Yeosang sintió cómo la fina línea entre la devoción y la posesión se desvanecía, llevándolo hacia un destino desconocido en el mundo de los infiernos. -One shot -Hace un chingo que no escribo. -San x Yeosang -Menciones de muertes y relaciones pasadas