No recuerdo muy bien como empezó todo esto. Nadie sabe con certeza que pasó aquel día soleado que terminó por teñirse de sangre ardiente. La muerte hizo acto de su presencia ese día tan horrendo. El mundo parecía haber vuelto a sus orígenes y esas leyendas de caballeros andantes y dragones que escupían fuego resurgieron de las entrañas de los libros. Nosotros, la especie humana, acabamos de tres formas: asesinados, esclavizados o transformados. Yo, como muchos otros, fui esclavizado.