Lee Heeseung era el inseparable mejor amigo de Jay y, para Eun-ji, no era más que el típico invitado molesto que siempre se plantaba en la casa de los Park sin previo aviso. Su rutina era predecible: vaciar el refrigerador como si fuera suyo, desaparecer con Jay en la sala para jugar videojuegos, y llenar la casa con sus gritos y risas, interrumpiendo por completo la concentración de Eun-ji cuando intentaba estudiar en su habitación.
Para ella, Heeseung era sinónimo de caos y ruido. Nunca había prestado atención a nada más de él... hasta aquel día, cuando él estaba de pie junto a la ventana, con la luz del atardecer dibujando un halo cálido a su alrededor, fue entonces cuando lo notó por primera vez: sus ojos, no eran solo bonitos mezclados con su sonrisa....De repente, el chico ruidoso y despreocupado que tanto la irritaba parecía una persona completamente distinta.