Y fue entonces, en aquella preciosa velada con constelaciones brillantes, en la que conocí a aquel chico de bella sonrisa y mirada resplandeciente que opacaba hasta al mismísimo firmamento iluminado al que tanto admiraba. Fue justo en esa noche llena de estrellas en que caí ante los encantos de aquel jovén de risa contagiosa y llena de energía. Fue en una noche fría y con un manto de estrellas en el cielo en la que conocí a aquél chico de bellos ojos morados, que me mostró lo hermoso que puede llegar a sentirse el ser amado.All Rights Reserved