En cada palabra que escribo, se entrelazan mis recuerdos, el cariño que he cosechado y un amor único que, aunque no fue correspondido del todo, sigue latiendo en mi corazón. Mis versos son ecos de emociones, donde la melancolía y la esperanza conviven en un delicado equilibrio. Aunque las sombras de la soledad y el dolor a veces quiebran mi ser, me mantengo en pie ante las adversidades, buscando la belleza en cada experiencia y el consuelo en el abrazo de mis propias palabras. Aquí, en este espacio, invito a aquellos que han sentido la fragilidad del amor y la fuerza de la resiliencia a compartir este viaje de autodescubrimiento, donde cada poema es un testimonio de la lucha interna y la eterna búsqueda de conexión.