David, un joven que enfrenta la separación de sus padres y es enviado a Bahía Escondida, un pequeño pueblo costero, para vivir con su abuela durante el verano. La novela explora sus emociones de desarraigo, su dificultad para dejar atrás su vida anterior en la ciudad, y su pasión por el fútbol, que solía ser su refugio. En Bahía Escondida, David experimenta un cambio significativo cuando conoce a Javier, un joven del pueblo conocido por su habilidad en el fútbol, quien también usa el deporte como escape y enfrentamiento de sus propias expectativas y presiones. A través de la conexión entre ambos, forjan una amistad que les permite a ambos reflexionar sobre su identidad y descubrir nuevos aspectos de sí mismos. David, poco a poco, encuentra consuelo en el entorno tranquilo del pueblo y en las amistades que va formando, lo que le da una perspectiva fresca y le permite empezar a sanar. El faro abandonado, mencionado como un lugar de misterio y aislamiento, se convierte en un símbolo de introspección y refugio para los dos jóvenes, y también de conexión a medida que desarrollan su amistad. La historia subraya temas de cambio, resiliencia y el valor de los lazos humanos para afrontar las adversidades personales y los cambios de la vida.