❝-Sólo pediste que contestara una pregunta y ya lo he hecho, es tu turno.
Replicó Gen con una sonrisa maliciosa y para su sorpresa Sai apretó los labios en un pequeño puchero que le pareció adorable.
«Adorable.»
Debió recordarse a sí mismo que a pesar de ese rostro hermoso y ese carácter afable, Sai Nanami no era una criatura adorable, sino un ser con una larguísima expectativa de vida y un asesino.
-No temas de mí -dijo como si pudiera ver el corazón de Gen encogerse en su pecho cada vez que recordaba estar hablando con un asesino.
Era la única explicación, pues Gen estaba seguro de que era capaz de enmascarar a la perfección sus emociones.
-Yo no he envejecido ni un día desde que tenía veintidós años, hace ciento treinta y ocho años, pero eso no significa que sea inmortal -explicó con su voz cansada en alto, haciendo eco en el silencioso lugar-. En realidad, mi existencia es mucho más endeble que la de cualquier ser humano.❞
Una historia sobre una criatura de la noche que esperaría siglos para recuperar lo que perdió.