Sarah, nuestra pequeña chica de un metro cincuenta, pelirroja, con pecas y muy curiosa, empeñada en ser detective, policía, periodista o algo que tuviera que ver con descubrir, indagar e investigar cosas que no eran de su asunto, conoce a Daniels un chico de un metro setenta, flacuchento, y con piel pálida, ojos apagados igual a un agujero negro que no mostraban nada, ninguna expresión, o ha lo que hacemos llamar sentimientos, el era un chico nuevo que llego hace algunas semanas, y para Sarah un chico así le daba mucha curiosidad... Y más si había llegado justo en el momento en el cual la ciudad donde ella vivía era un desastre debido a las desapariciones, asesinatos y casos no resueltos de las últimas semana. Para ella todo era un misterio claro... Y su peor y mejor error fue querer hablar con el, conocerlo, seguirlo y descubrir que es lo que estaba pasando alrededor de ese chico y esa ciudad. Por eso hay un dicho que dice... ~Quien se mete en lo que no le importa, encuentra lo que no quiere... o lo que más desea.~