Su primer año no fue lo que esperó, terminar en Hufflepuff no estaba en sus planes y tener una nueva varita definitivamente no era lo esperado. Ahora que iniciaba su segundo año tenía que lidiar con una versión más joven del señor oscuro pero no menos loca, el imbécil petrificaría a varios estudiantes y él no podía hacer nada y por el maldito Merlín ¡Le empezaba a gustar el niño que vivió!